27 de Noviembre de 2024
Hoy hay un segundo aire súper potente en la industria, que tiene que ver con apertura a nuevas tecnologías y cuidado del medioambiente
La premiada cleantech chilena Kran apuesta a revolucionar el uso del agua en el agro, la acuicultura y la industria a través de nanoburbujas. Su fundador, Jaime de la Cruz, cuenta que tras instalarse en Estados Unidos, el objetivo de mediano plazo es levantar una ronda de capital serie A.
Es la primera compañía en América en ser miembro de la Fine Bubble Industries Association, (FBIA), organización gremial con sede en Japón, que agrupa y lidera a nivel mundial el desarrollo de las Burbujas Ultra Finas. En enero pasado fue elegida «Top Innovators” por el Foro Económico Mundial, en la categoría Zero Water Waste Challenge. En marzo recibió el premio Siemens Water Innovation Challenge del Congreso ACADES 2024.
Casi invisibles
Kran opera en el sector industrial, agrícola y acuicultura y su propuesta son las nanoburbujas. «Una burbuja es como el automóvil que va por la carretera llevando cosas adentro. Son súper chiquititas, del tamaño de una cadena de ADN», explica de la Cruz.
La empresa nació el 2017 en Puerto Varas en la búsqueda de una tecnología amigable con el medioambiente, que fuera de alto impacto y que estuviera en la frontera de la ciencia. «No se pueden ver en el microscopio y eso hace que tenga propiedades muy particulares, que no tienen que ver con la física tradicional», explica de la Cruz.
Con Kran las salmoneras han podido recuperar el fondo marino: «con el proceso del salmón quedan residuos que las bacterias no son capaces de degradar. Hoy cuando se termina la producción de engorda y se van, todo queda exactamente como antes. Es fantástico, hoy los noruegos nos están copiando. Están viendo cómo implementar la tecnología. En ese aspecto somos más sustentables que los mismos noruegos», detalla el empresario.
En el caso de los fondos marinos tomamos el agua de mar, que está a 3 ó 4 metros de profundidad, la pasamos por nuestro equipo, que le inyecta cantidades altísimas de oxígeno en forma de nanoburbujas. Y después con una suerte de dron, pero submarino, y unos brazos robóticos se deposita una manguera, sin tocar el fondo marino, e inyectamos el agua enriquecida con oxígeno y se generan las condiciones apropiadas para que la naturaleza haga su pega. Aquí no hay ningún químico, no hay ninguna hidrolavadora.
También pasa con los vegetales. Uno piensa que necesitan más agua, pero lo que requieren es lo que lleva el agua. Con esta tecnología logras regar con un agua hiperatómica, con mucho más oxígeno que lo normal, con más nutrientes y ahorrar enormes cantidades de agua. Hoy tenemos canchas de golf, parques municipales, hasta cementerios, que regamos con nuestra tecnología y les generamos ahorro, en algunos casos, hasta de más del 50% en el consumo.
¿Es una tecnología patentada?
Está patentada, pero también hay otras que logran objetivos similares. Siempre doy el mismo ejemplo, la gracia es que como cuando Fleming descubrió la penicilina, sin conocer la dosis, no sacaba nada. Trabajamos mucho en eso. ¿Cuál es tu problema? Lo vamos a resolver de esta forma.
¿En qué industria se está utilizando más esta tecnología?
Las nuevas tecnologías tienen un camino muy duro por recorrer. Tienen que validarse. Hay ciertas industrias que son más amigas a las nuevas tecnologías. Donde más hemos avanzado es en el mundo de la industria. Porque son ciclos más rápidos de validar. En el agro para desarrollar la receta mágica, para que la manzana, este es un caso real, aumentara a producción por hectárea en 17%, nos dudamos tres años. El tema de la sustentabilidad es muy complejo porque los procesos tienen que ser económicamente viables. Estas tecnologías tienen que ser económicamente sustentables también.
¿Es una tecnología cara?
No, para nada. Ahora, ¿caro o barato? ¿qué es? Pero ¿una inversión mayor? ¿es mucha plata o poca plata? Caro es cuando no es rentable, por lo tanto ahí simplemente no corre. Y, obviamente, como todas las tecnologías no sirve para todo.
¿Osea se recupera de acuerdo a la industria?
Nuestro modelo de negocio es prestar el servicio, no vender nuestro equipo. Y eso tiene una explicación súper simple, porque las tecnologías tienen el riesgo de ser invalidadas por sí mismas, si es que se les da mal uso o no se opera bien. Por eso estamos ahora con oficinas en España y en México, porque estamos creciendo allá.
Con una aplicación del celular, la persona de operaciones, o el que sea, puede ir viendo minuto a minuto qué está pasando en una pisicultura de salmón, el KPI clave es cuál es el oxígeno disponible para los pescados. Entonces, tu objetivo es que ese oxígeno esté ahí siempre perfecto.
¿Hoy las empresas están más abiertas a buscar soluciones tecnológicas?
Definitivamente. Para mí, los que partieron, los pioneros de la industria del salmón, son verdaderos héroes. En un lugar donde no había nada, crearon más de 60 mil empleos. Conversas con la gente en la isla de Chiloé te dicen yo nunca soñé con que mi hijo hiciera otra cosa que cultivar papas o salir marisquear. Hoy de esos hijos hay médicos, ingenieros o abogados. Pero, todo tiene su tiempo. Hoy hay una generación de chiquillas y chiquillos mucho más jóvenes, que le están dando un segundo aire a la industria, que es súper potente. Y tiene que ver con la apertura a nuevas tecnologías, con una conciencia que el medio ambiente hay que cuidarlo.
En Chile, las cosas se están haciendo muy bien. Los cánones de exigencias fitosanitarias, de sustentabilidad que tiene la industria salmonera no los tiene ninguna otra nación del mundo. Ahora estamos haciendo un joint venture con una empresa noruega para recuperar su fondo marino.
¿Qué es lo más difícil de ser una cleantech chilena que sale al mundo?
Hoy las distancias prácticamente no existen, estoy a mil kilómetros tuyo y estamos conversando. El conocimiento fluye en Chile, hay una capacidad increíble de jóvenes brillantes. La semana pasada en el EtM uno podía ver cientos de startups. Hoy lo más difícil es el financiamiento. La plata está muy cara en el mundo. Hace algunos años, levantar capital era bastante más fácil. Estas compañías requieren de ir inyectándole capital, porque son rentables después de un ciclo. Son los family office o los venture capital los que trabajan con nosotros.
¿Y estás en alguna ronda de levantamiento capital?
En este minuto estamos en una ronda pequeña. Nos estamos instalando en Estados Unidos, a través de una sociedad en Delaware, con el plan estratégico de levantar una ronda serie A de aquí a unos dos años.
FUENTE: ESG Hoy